CUENCAS Y VERTIENTES
Se denomina vertiente al conjunto de cuencas que desembocan en un mismo mar u océano. Nuestro país se caracteriza por poseer un amplio predominio de la vertiente atlántica a lo largo de su territorio, es decir que la mayor parte de las cuencas hidrográficas desembocan en el océano Atlántico. Una de ellas es la Cuenca del Plata, que abarca las subcuentas de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. Se destaca como la más importante en el ámbito nacional debido a su gran extensión territorial y a la cantidad de población que vive en ella. Otras cuencas con vertiente atlántica son la cuenca del rio Salado, que atraviesa la provincia de Buenos Aires, y las de los ríos patagónicos, como el Rio Gallegos, Santa Cruz, Negro o Chubut, entre otros.
En cambio, las cuencas hidrográficas de la vertiente pacifica son las que desaguan en el océano
Pacifico. Tan solo una pequeña porción de las cuencas ubicadas en los Andes patagónicos, próximas al límite con Chile, tienen este tipo de vertiente.
Tanto las cuencas hidrográficas de vertiente atlántica como las de vertiente pacifica son exorreicas, porque desaguan en el océano o hacia afuera de la superficie continental terrestre.
Existe un tipo de cuenca que no tienen vertiente, es decir, que no desembocan en el mar. Se denominan cuencas endorreicas. Dentro de este tipo se encuentran las cuencas distribuidas en el área de las sierras Pampeanas y el sistema de Mar Chiquita.
Además se han identificado zonas arreicas, aquellas donde las aguas se infiltran o son intermitentes y es difícil establecer donde nacen y desaguan los caudales, que no llegan a conformar una red de drenaje superficial. Se encuentran zonas arreicas en la Patagonia, en el centro del país y en la llanura Chaqueña.