DISTRIBUCIÓN Y USO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS
En el territorio argentino se puede reconocer una zona de mayores reservas hidrológicas en el este y nordeste del país, recorrida por los ríos con mayor caudal (Uruguay, Paraguay y Paraná) y otra zona con menores recursos hídricos recorrida por ríos cortos de caudal temporario (en el oeste) y los ríos de mayor longitud con caudales muy vinculados con las reservas de agua cordillerana (en el sur).
Los abundantes recursos hídricos del este (superficies y subterráneos), que se alimentan con altos volúmenes de precipitación anual, abastecen los numerosos asentamientos urbanos y el desarrollo de las actividades de la pr9incipal área agropecuaria del país. Además, los ríos Paraguay y Paraná son utilizados como vías navegables que conectan con el Rio del Plata y las rutas marítimas atlánticas. Se los conoce en conjunto como hidrobia Paraná-Paraguay. A través de esa ruta buques de gran tamaño transportan productos agrícolas e industriales, que salen de los principales puertos fluviales, como Rosario. En el rio Paraná y el rio Uruguay se han construido represas que aprovechan el caudal de los ríos para la obtención de energía eléctrica.
Debido a su mayor escasez, los recursos hídricos en el oeste y sur, adquieren una importancia aun mayor para la población, que debe concentrarse en sus cercanías y optimizar su uso: así se forman los llamados oasis. En general, en los ríos con mayor caudal se construyen diques para formar embalses. El agua embalsada se utiliza para aplicar distintos sistemas de riego en los campos agrícolas, abastecer a la población y generar energía eléctrica.
Es común que se apliquen turnos para usar el agua de riego y que se lleven a cabo distintos tipos de organización para administrar el curso entre un conjunto de usuarios. En esta zona también se utilizan particularmente las reservas de agua subterránea que se forman al pie de las montañas, en los denominados conos de deyección.