INDUSTRIALIZACIÓN Y TERRITORIO ENTRE 1943 Y 1952.
En 1939 estalló una nueva guerra en Europa que se extendió a gran parte del mundo. La denominaron Segunda Guerra Mundial. Esta afectó el suministro de bienes y combustibles que importaba la Argentina, por lo que el proceso de sustitución de importaciones decayó sensiblemente.
En 1943 un grupo de militares del ejército argentino con ideas nacionalistas tomó el gobierno por medio de un golpe de Estado. Entre sus proyectos, se encontraba el de desarrollar las industrias de base, como la del acero, el petróleo y el carbón, para reducir la dependencia del exterior. Entre esos militares, estaba Juan Domingo Perón que tuvo un importante papel como secretario de Trabajo y Luego triunfó en las elecciones como presidente en 1945.
Entre sus años de mandato, la ISI se profundizó y se extendieron los beneficios del modelo industrial a amplios sectores de la población. Esta política también afecto las relaciones entre las regiones argentinas, porque las economías del interior se hicieron más dependientes que en el pasado de la región pampeana, en especial del Gran Buenos Aires.
Desde 1945, el Estado nacional tuvo un gran protagonismo en la vida económica y social del país:
La constitución de empresas estatales para proveer servicios públicos a la población y también industriales y de combustibles.
La organización de un “Estado benefactor”, que garantizó el acceso de gran parte de la población a la educación, la salud, la jubilación, la vivienda propia y el establecimiento de leyes de carácter social, siguiendo el modelo que habían implementado algunos Estados europeos durante su posguerra.
El control del comercio exterior argentino para alentar el desarrollo industrial y mejorar el nivel de vida de la población.
La introducción de mejoras laborales y el fomento del turismo social.
La elevación de los ingresos de la población se tradujo en un fuerte aumento del consumo de bienes y servicios. Al aumentas las importaciones y reducirse las exportaciones, bajo la cantidad de divisas disponibles; esto derivó, en 1952, en una crisis económica, a partir de la cual comenzó la tercera etapa de la industrialización por sustitución de importaciones.
En esta etapa, el área del país con una economía más dinámica fu el de Gran Buenos Aires, cuya urbanización se aceleró. Ese crecimiento se centró en una fuerte corriente migratoria proveniente de distintas provincias y, también, en la migración llegada desde los países limítrofes.
En muchas provincias, la economía se centró en la producción de bienes para abastecer el mercado interno y los urbanos pampeanos. Por lo contrario, en los momentos en que los ingresos de la población disminuían, se reducía el consumo de esos bienes regionales; por esa razón, recibieron el nombre de bienes-salarios. Este puso a las economías del interior en una fuerte dependencia de la economía urbana de la región pampeana.
El Estado incidió en las economías regionales a partir de las empresas públicas. Algunas tenían como objetivo la búsqueda, extracción y provisión de combustibles y minerales. Otras, la producción de energía para la industria. Esto mejoro sus economías, aunque simultáneamente se reforzó la dependencia del gobierno central y de Buenos Aires.